La edición de otoño/invierno de GQ Style Magazine trae un artículo sobre Sam Claflin, acompañado de un genial photoshoot por el fotógrafo Matthew Brooks, inspirado en la película BlowUp. Les dejamos aquí la traducción del artículo y las fotos.
Sam Claflin hace de un buen David Bailey [fotógrafo cuya vida sirvió de inspiración para la película BlowUp]. Y no se trata de la facilidad con la que sostiene una Nikon. Encantador y amable, él no es nada como el famoso y abrasivo fotógrafo, pero hay una falta de formación en él, a pesar de sus años en LAMDA [London Academy of Music and Dramatic Art], una refrescante ausencia de esa capacidad de actuar por la que se pagó, que beneficia a un chico que se educó en una escuela estatal de Norwich al que le está yendo bien en una industria dominada por quienes recibieron una educación cara.
No es que él tenga mucho tiempo para estar en el lado del visor de la cámara, estando tan ocupado siendo él el objeto de su mirada. En orden, este otoño tiene roles importantes en tres películas: The Riot Club en setiembre (por la que comparte las altas expectativas de su co-estrella Max Irons), la comedia romántica Love, Rosie en octubre, y luego en noviembre, la realmente aceleradora de pulsos, The Hunger Games: Mockingjay - Part 1, sobre la cual este entrevistador no está solo en estar ridículamente emocionado.
Este tipo de fervor fanático es algo a lo que él ya está acostumbrado ahora, pero no se había dado cuenta de la profundidad de los sentimientos en torno a Los Juegos del Hambre hasta que la reacción violenta contra él se inició cuando fue elegido en 2012 como el galán blandeador de tridente, Finnick Odair.
"Yo no estaba en la forma correcta para Finnick en la audición. Tenía barba y había una foto mía en un estreno y todo el mundo estaba como: ¿quién es este tipo? Ni siquiera tiene ojos azules, y mucho menos el pelo de color cobre, un bronceado o un six pack."
Pero él se ganó a los fans gracias a una dieta restringida de tortillas y gachas de clara de huevo, y un régimen de entrenamiento brutal:"Tres horas al día, cinco días a la semana durante cuatro meses." Eso y su impresionante interpretación, que descubrí en nuestra conversación, es un ejemplo de la complejidad técnica de la actuación en los éxitos de taquilla de grandes presupuestos. Además de preocuparse por permanecer con un acento americano y soportar la emoción de la escena, tenía que desarrollar una especie de memoria muscular para las intrincadamente trazadas secuencias de acción, todo "sin golpear a alguien con el tridente."
Técnico y agotador. Él pasó mucho tiempo en Atlanta trabajando largos días durante diez meses grabando las últimas entregas de las películas de Los Juegos del Hambre y se emocionó mucho cuando hablé con él sobre volver a casa en el oeste de Londres, lo que le gusta mucho. "Se puede vivir una vida anónima aquí de una manera que no se puede en Los Ángeles."
Por el momento su fama no se acerca al nivel de histeria de R-Patz y camina tranquilo sin que los fans sean una molestia para él. Más cerca de Navidad, sin embargo, me pregunto si esto seguirá siendo cierto. Sin embargo, él no tiene ningún plan para los próximos cinco años. "Simplemente estoy emocionado por saber lo que está a la vuelta de la esquina."
Fuente: GQ Style
Vía: Sam Claflin Fans
Traducción: Real or not real News